martes, 15 de marzo de 2011

Ángeles y demonios.

Cualquiera que sea el lector que ha seguido mis textos, seguramente se preguntará ¿y a mi que me importa que puedas polarizarte, de que me sirve polarizarme y transformar la "energía negativa" en "positiva? ¿a qué viene todo esto de los métodos para polarizarse y tonterías semejantes?


Obviamente, ser feliz es importante. Eso es incuestionable, pero ¿es importante o imprescindible?


Hablemos con fundamento señores. ¿Para qué seguir viviendo si no disfrutamos de la vida? Sinceramente, nunca le he encontrado lógica a vivir años y años triste, decaído y sin motivo alguno para seguir respirando. (Aclaración: No estoy diciendo que quien sufre merezca morir ¡ni mucho menos!)


Desde que somos niños, nos preparan la mente para que seamos parte de este "Gran Rebaño", posiblemente los abuelos de nuestros abuelos y los abuelos de éstos, hayan vivido toda la vida para trabajar y alimentar a "Cuatro Gatos" y ha nosotros nos han hecho lo mismo. Nos hacen creer que para ser felices, debemos pagar un alto precio de sufrimiento primero. Recuerdo cuando era más pequeño y competía con mis amigos para ver quien era el que más sufría, para ver quien había tenido una vida más dura. Llegó un momento en el cual, mi espíritu competitivo, me hizo desear ser el más sufridor de todos cuanto me rodeaban, para así merecerme más ser feliz. 


Señores, esto es el gran error al que nos han hecho caer nuestros "pastores". La felicidad no se compra, ni hay que merecérsela. ¿De donde viene la felicidad? ¿Acude a aquel que más sufre? La respuesta es NO. La felicidad acude a quien la atrae, a quien vibra con ella, aquel que baila a el son de la felicidad, la hallará tarde o temprano en si mismo, puesto que el único que puede hacerte sentir felicidad o ser feliz, somos nosotros mismos. Por muy feliz que sea nuestro compañero, nuestro cerebro no sentirá felicidad su felicidad, en todo caso, puede contagiarnos parte de dicha felicidad, pero eso no hará que seamos felices sino que tengamos felicidad, con lo cual, podríamos perder la fácilmente.


Dicen que usamos un 10% (algunos dicen un 3%) de nuestra capacidad o de nuestro mente. Considero que eso es imposible de determinar si no conocemos el total máximo de nuestras capacidades. 


Pienso, que una persona utiliza siempre el 100% de sus capacidades. Siempre actúa con total capacidad (otra cosa es que podamos aumentarlo) el problema es que, posiblemente únicamente un 3% de todo nuestro potencial sea utilizado para jugar a favor nuestro, para ayudarnos o nos sirva de utilidad práctica. 


¿Cuantas veces hemos tratado de concentrarnos en algo y la mente nos ha evadido de nuestro objetivo?
¿Cuanta fuerza de voluntad hemos usado para destruir nuestra familia?
¿Cuanta energía hemos usado para hacer que un día precioso, se convierta en un infierno para nosotros mismo y los que nos rodean?
¿Cuantas veces hemos tenido que realizar el mismo patrón de conducta para convencernos a nosotros mismo de que nuestro cuerpo es feo?
¿Cuantas veces has tenido que repetirte a ti mismo lo feo que eres para creértelo?
¿Cuanta energía has usado para enfermar? Recuerdo que cuando era pequeño y no me apetecía ir al colegio, por miedo o sentimientos por el estilo, comenzaba a auto-convencerme de que me encontraba mal, me dolía la cabeza y tenía angustia. Al cabo de un rato se lo decía a mi madre y me libraba de ir al colegio. En un par de horas, los síntomas de hacían reales. ¿Sabéis la cantidad de concentración y fe se necesitan para lograr eso? ¿ Sabéis la cantidad de energía y voluntad necesitaríamos para hacerlo a la inversa? Hoy por hoy, casi el doble de la que usamos para estar mal ¿por qué? porque nuestras capacidades mentales, están prácticamente invertidas en nuestra contra casi totalmente. Es más fácil deprimirme que estar alegre y contento un día entero. Le damos mucha más importancia a las cosas malas que suceden en el día a día que en las buenas. Y opino que si esas facultades están en nuestra contra, es porque las ignoramos. Ignoramos nuestro potencial y lo importante que es tener un control sobre dicho poder, el cual desconocemos de sus características completamente.


 Todo cuanto busco en la vida, es en atraer cada vez más y más las cosas buenas, disfrutar de la vida, el amor, la amistad, la felicidad que todos nos merecemos aunque no lo creamos. Aquel que goza con su sufrimiento, simplemente no sabe lo que se esta perdiendo porque nunca lo ha experimentado aunque fuera solo un segundo. Si todos supiéramos lo que es ser feliz de verdad, aunque fuera un segundo, nunca más volveríamos a decir cosas como "estoy harto" o "me odio a mi mismo". Buscaríamos lo que de verdad importa: La felicidad, la plenitud, como queráis llamarlo. Es cierto que hay que trabajar, tener una estabilidad económica y ese tipo de cosas. Pero no es lo importante, lo importante es disfrutar de la vida que tenemos, de ese gran regalo que algo nos ha dado. ¿cuanto podemos vivir 80, 90 años? Personalmente pienso dedicarme a ser feliz, porque cuando mi vida se acabe, no me quedará nada, ni dinero, ni bienes materiales. Únicamente contará lo que haya disfrutado de esta pequeña estancia en la tierra y de a cuantas personas he podido ayudar a lograr lo mismo que yo.


De modo que pienso compartir cualquier descubrimiento, cualquier método que nos ayude a despertar nuestro gran potencial por insignificante que parezca y considero que la primera etapa para que podamos abrir la llave que abre las puertas a la fuente de nuestra alma, consiste en trabajar para ser felices


Debemos lograr que nuestra mente juegue a favor nuestro y no en contra.


En nuestras manos está elegir si somos Ángeles o demonios. Y también decidimos si alimentamos demonios o cultivamos ángeles.


Que paséis un buen día.

2 comentarios:

  1. Esa filosofía de búsqueda y aprovechamiento de la felicidad que tu manifiestas a tus pocos años, la comparto yo a mis muchos años.
    Vengo, Gabriel, a agradecerte tu voto en mi blog para José Vicente.

    ResponderEliminar